
Desde hace ya mucho tiempo, la sociedad ha comenzado a prestar mucha atención a la gran influencia que tiene la mala alimentación en la salud pública y al impacto económico que ejerce en la producción y en el rendimiento laboral.
Conceptos como el de control total de calidad en la empresa, equipos integrales de producción, ambiente laboral sano, y tantos otros, son hoy comunes en el lenguaje de empresarios y ejecutivos, no sólo por un mayor compromiso social, sino también por un moderno concepto de rentabilidad económica.
En este breve artículo revisamos algunas teorías y estrategias desarrolladas para contemplar el crucial impacto de la alimentación en el campo laboral y empresario. Además, le acercamos algunos consejos y sugerencias para “aprender a comer de 10” en el trabajo.
Índice del Contenido
Conceptos generales
Comer bien y rendir apropiadamente en la empresa son situaciones absolutamente compatibles si se las organiza en forma adecuada.
El rendimiento laboral es una de las obsesiones que persiguen tanto empleados como empleadores, cada uno desde su óptica en particular, pero con un objetivo compartido: conservar el empleo los primeros y hacerlo rentable los segundos.
Está claro que, para poder lograrlo, es necesario compatibilizar necesidades de ambas partes. ¿Es tan difícil como parece? ¿Es tan caro? Le aseguro que no, y paso a explicarle cómo puede resolverse el dilema.
Es bien conocido que la alimentación inadecuada es uno de los factores que más incrementan el estrés laboral. Recordemos que se entiende por estrés laboral “el desequilibrio percibido entre las demandas profesionales y la capacidad de la persona para llevarlas a cabo”.
Si repasamos algunos conceptos generados en la OIT (Organización Internacional del Trabajo) respecto del estrés laboral, vemos conceptos como estos: “Esta enfermedad es un peligro para las economías de los países industrializados y en vías de desarrollo“.
Resiente la productividad, al afectar la salud física y mental de los trabajadores”. Y agrega la Organización: “las empresas que ayuden a sus empleados a hacer frente al estrés y reorganicen con cuidado el ambiente de trabajo, en función de las aptitudes y las aspiraciones humanas, tienen más posibilidades de lograr ventajas competitivas”.
Todos coincidimos en que una persona bien alimentada tiene menor estrés y un mejor rendimiento físico e intelectual, pilares fundamentales de toda tarea laboral.
Tanto aquellos que deben lograr en sus tareas un alto rendimiento físico, como quienes deban explotar al máximo sus capacidades intelectuales, saben que alimentarse bien es vital para esos logros.
Pero ¿qué es alimentarse bien? ¿Es comer mucho? ¿Es comer balanceado? Como veremos ahora, es un poco de cada cosa, y algo más: es planificar la alimentación y sus tiempos de modo inteligente.
Pero veamos algunos conceptos que refuerzan la importancia de la alimentación en el rendimiento laboral.
Una buena nutrición
Estar bien alimentado no es difícil si se conocen los postulados básicos y se cuenta con el alimento apropiado en el momento oportuno.
Las bases de una buena nutrición están encerradas en cuatro conceptos fundamentales:
- CANTIDAD,
- CALIDAD
- ARMONÍA y
- ADECUACIÓN.
En cuanto a la cantidad, una alimentación debe ser suficiente, es decir que debe aportar la energía apropiada que requiere el individuo en relación con su peso, talla, sexo, edad, situación fisiológica y gasto de calorías por labores.
Aportar más energía con los alimentos de la que se gasta produciría obesidad, y si se aporta menos de lo necesario genera desnutrición.
Con respecto a la calidad, la dieta debe ser completa. Es decir que debe contener todos los nutrientes (proteínas, vitaminas minerales, etc) que el organismo necesita para cumplir sus funciones vitales, crecer y reproducirse. El no cumplimiento de este postulado puede provocar enfermedades por exceso o carencia.
La armonía que requiere un plan alimentario se refiere a que esos nutrientes que nombramos en el punto anterior deber ser aportados en las proporciones justas y necesarias. Eso hará que no existan desequilibrios en el aporte de nutrientes y todos estén presentes en la cantidad necesaria.
Pero el punto más importante es el de la adecuación. Un plan alimentario no puede dejar de estar adecuado a todas las necesidades del individuo y debe poder cumplirse sin dificultades. De lo contrario no pasa de ser una expresión de deseos que en la realidad no se cumple.
Entre estas posibilidades debemos tener en cuenta: las necesidades nutricionales, la situación socioeconómica, los horarios, gustos, enfermedades, etc.
Si se cumplen estas cuatro premisas, podemos decir que el individuo estará adecuadamente alimentado y podrá tener un rendimiento laboral óptimo.
Trabajo y alimentación
Suelo escuchar de boca de muchos trabajadores frases como estas:
- “No me dan tiempo para comer”,
- “tengo apenas 10 minutos para ingerir algo y apenas si puedo engullir un sándwich”,
- “A veces no me dan tiempo ni para ir al WC”,
- “No hay dónde conseguir comida sana en mi trabajo”,
- ….y tantas otras cosas por el estilo.
Pero todos estos inconvenientes pueden evitarse si hay acuerdo y buena voluntad entre empleadores y empleados.
En primer lugar es importante conocer las proporciones adecuadas de los distintos grupos de alimentos para poder abastecer adecuadamente a una población laboral. Para ello, nada mejor que utilizar las sugerencias que propone la pirámide de alimentos.
A partir de ellas comprenderá la importancia para la salud de utilizar los alimentos en forma equilibrada y en las cantidades correctas.
Aprender a comer de 10 en el trabajo
Poder comer adecuadamente en el trabajo requiere conciencia y consenso; tanto por parte del empleado como del empleador. Suelo atender a empresarios que ponen todo a disposición del empleado, y empleados que hacen un mal uso de ello, o empresarios que no brindan las más mínimas facilidades para comer decentemente, con empleados que igual procuran cumplir con una buena dieta. Por supuesto también están los otros extremos.
Es fundamental tener verdadera conciencia de la magnitud del tema para poder darle la importancia que merece. Pero también es vital lograr el consenso entre empleador y empleado, de modo de poder aplicar juntos el concepto de una buena nutrición en la práctica laboral.
Para comer bien en el trabajo no hace falta ser un gran gourmet, aunque ayuda bastante conocer las bases de una buena alimentación, tal como he hecho referencia en los párrafos precedentes.
Consejos generales
No hay dudas de que el empleado, para poder realizar una alimentación adecuada, debe contar con los recursos y el tiempo necesarios. En ese sentido, la forma de suministro de una adecuada alimentación puede utilizar, entre otras, algunas de las siguientes modalidades:
- Mediante instalación de comedores propios en la empresa, operados por ella o contratados con terceros, en el lugar de trabajo o en sus inmediaciones.
- Mediante contratación del servicio de comida elaborada por empresas especializadas en el ramo.
- Mediante la instalación de comedores comunes por varias empresas, próximos a los lugares de trabajo.
- Mediante tickets o bonos para aprovisionarse de la comida adecuada.
Cualquiera de los sistemas tiene ventajas e inconvenientes, y cada empresa deberá elegir el que mejor se adapte a sus necesidades y posibilidades.
Los comedores tienen la ventaja de poder brindar un menú apropiado, aunque son más costosos para el mantenimiento.
La contratación de comida es una salida interesante porque baja los costos y permite personalizar los pedidos, aunque debe estar controlada por una nutricionista que supervise las necesidades de los comensales y la calidad de los productos.
Los comedores comunes a varias empresas requieren que estas estén muy próximas entre sí, situación que no siempre es posible.
El ticket es un recurso interesante, a pesar de que el uso que hace el empleado del mismo no siempre apunta a su correcta nutrición. Debe ser provisto a un personal debidamente entrenado en su correcta alimentación, con peligro de que se use el recurso en una compra inapropiada o para otros fines, desvirtuándose el objetivo original.
He aquí algunos consejos que podrán ayudar tanto a empleados como a empleadores a realizar una adecuada alimentación en horas de trabajo:
Para el empresario
- Conocer las necesidades alimentarias de su personal.
Brindar la posibilidad de horarios razonables de comidas y disponibilidad de obtener los alimentos en los mismos. - Dar al empleado el tiempo suficiente para el cumplimiento de sus necesidades fisiológicas.
- Procurar incluir en el control clínico del personal una evaluación nutricional y consejo dietético, lo que redundará en mejor rendimiento laboral.
- De ser posible, evitar que el empleado deba proveerse la comida. En cambio, hacerle llegar el alimento apropiado, en su cantidad justa y en el horario oportuno, evitará tanto excesos como carencias.
- Ofrecer tratamiento nutricional adecuado a quien lo necesite, de modo de realizar acciones preventivas que redundarán en un mejor rendimiento laboral y en menos enfermedades asociadas.
- Utilizar el horario de comidas para una integración del personal a los objetivos de la empresa, como a sí también para favorecer el intercambio humano entre las distintas jerarquías del personal y directivos.
- Procurar provisión permanente de agua fría y caliente para una correcta hidratación.
Para el trabajador
- Programar su alimentación semanalmente.
- Procurar tener su alimento en tiempo y forma.
- Respetar los horarios de comida y descanso.
- En caso de alguna patología que requiera tratamiento nutricional, dar cuenta de ello a la empresa, de modo de combinar su provisión.
- No utilizar los alimentos en forma anárquica en horario de trabajo, en especial snacks, tentempiés, galletas, dulces, etc.
- Procurar organizar las comidas con relación al resto del día con períodos de ayuno no mayores a 6 horas.
- No abusar del uso del fast-food, en especial por proveer comidas de alto contenido en grasas y sal.
- Realizar un desayuno importante si el tipo de trabajo requiere energía desde las primeras horas.
- No tomar bebidas con alcohol en horario de trabajo.
- Tener precaución con el exceso de infusiones y bebidas cola, ya que pueden alterar el sistema nervioso por su efecto excitante, además de provocar cierta agresividad gástrica.
- En caso de trabajos que requieran particular atención, nunca efectuar comidas copiosas.
- Nunca utilizar el alimento como forma de cubrir ansiedades personales o laborales.
Conclusiones
Resulta claro que un trabajador adecuadamente alimentado rinde más y mejor, disminuyendo el ausentismo laboral a partir de su efecto preventivo sobre mucha enfermedades (hipertensión arterial, diabetes, infartos, úlceras, etc).
El fenómeno del estrés laboral, como sabemos, es uno de los peligros más importantes en esta sociedad moderna basada en el consumo. De enfrentarlo adecuadamente dependerá la saludo de una empresa en todos sus términos.
Al respecto la OIT plantea: “La lucha contra el estrés en el trabajo será uno de los grandes empeños que deberán acometer tanto los gobiernos como los empleadores y los sindicatos”.
Las empresas que probablemente tengan más éxito en el futuro serán las que ayuden a los trabajadores a hacer frente al estrés y reacondicionen el lugar de trabajo, para adaptarlo mejor a las aptitudes y aspiraciones humanas”.