
Supongamos que hoy nos enteramos que tal o cual hospital dio superávit. ¿Le parece un milagro?. No lo crea; a veces me ha llegado información de ese tipo pero lo que aparentemente parecería ser una buena noticia para la salud en nuestro país, debemos analizarla desde el ángulo apropiado, aprovechando para establecer un base con los temas nutricionales que nos preocupan en esta línea.
Siempre que en economía se habla de superávit se está reconociendo que los ingresos han superado a los gastos. Aparentemente esto sí es una buena noticia, pero ese saldo positivo puede deberse fundamentalmente a tres motivos: que se incrementaron los ingresos, que los gastos disminuyeron, o ambas cosas a la vez.
La noticia sería buena si lo que se hubiera incrementado es el ingreso. Por otra parte, obtener un saldo favorable a partir de no gastar ni en lo imprescindible es una noticia francamente preocupante. Por eso, cuando el superávit es a expensas de resentir la calidad de un servicio, algo no anda bien.
Economía doméstica
Probablemente en la cocina de un hogar pase lo mismo. ¿Se puede mejorar el gasto en la alimentación sin resentir la calidad de la misma?. Estoy convencido de que la respuesta es sí.
La cesta básica de alimentos que cubren los nutrientes esenciales no va más allá de la leche, algo de queso, huevos, algún tipo de carne (pueden ser cortes económicos siempre que sean magros, aves, pescado, etc.) , verduras y frutas (las más económicas o de temporada), pan, pastas o arroz, aceite, azúcar y sal. El costo de estos productos es relativamente bajo y en general todavía está al alcance de la mayoría de la población.
Si bien hay sectores que no tienen ingresos ni para estos insumos básicos, también es cierto que una buena parte deriva el gasto hacia consumos francamente prescindibles.
Si usted se preocupa por tener presente en la alacena al menos esos insumos básicos, podrá nutrirse adecuadamente y todo lo demás puede evitarse. Con “lo demás” me refiero a dulces, galletitas, productos de copetín, fiambres, golosinas, gaseosas y tantos otros alimentos que no resultan necesarios para una alimentación equilibrada y completa.
Si procura contar con estos elementos básicos, no resentirá la calidad de su alimentación y podrá optimizar el gasto, logrando algún superávit que podría derivar hacia otra área que lo necesite.
Hoy en día, y en especial en momentos de crisis, nuestra salud es el bien más preciado y debemos cuidarla como nunca. En estos casos, “comer sano” también lo ayudará a mantener esa buena salud física, mental y económica.